– ¿Soy reactivo o proactivo?
Actualmente, la respuesta a esa pregunta es muy sencilla. Sin embargo, detrás de esa sencilla respuesta hay un proceso largo, meditado, con muchas experiencias que se han quedado grabadas en mi memoria, con fases de superación de sentimientos como miedo o vergüenza. Pero, ahora, sin ningún tipo de duda, puedo decir que soy proactivo.
– ¿Quién domina tu vida, la reactividad o la proactividad?
En la gran mayoría de las facetas de mi vida, domina la proactividad. Creo que esto es algo que una vez que lo descubres, ya no puedes abandonarlo. Además, ya no se trata sólo de mi, en mi caso, me gusta verme como un embajador de la proactividad. Creo que podría hablar de muchos de los beneficios que me ha aportado ser así. Uno de los más simples y algo que me aplico a diario es ante un situación como a la que me enfrento actualmente, (búsqueda activa de empleo) es hacerme una sencilla pregunta: ¿Puedo hacer algo más para mejorar esto? Si la respuesta es si, aunque me de miedo, vergüenza u otro sentimiento negativo, sigo adelante.
– ¿Qué parte prevalece sobre la otra?
Pues, por supuesto la proactiva. Cierto que hay áreas que todavía necesito mejorar y en los que soy consciente de que me quedo en mi zona de confort, pero también es muy cierto que me siento muy feliz de todo lo que he conseguido hasta ahora. Además, en algunos casos, hay limitaciones físicas que son trabas importantes para llevar esa proactividad a límites más amplios.
¿Qué mejoras harías para aumentar tu proactividad?
La verdad es que creo que lo dejaría todo como está. La respuesta puede parecer un intento de evitar una respuesta. Sin embargo, lo más sencillo para entenderlo es explicar mi situación. En mi caso, la proactividad me ha llevado a dejar mi ciudad natal y vivir alrededor de un año y medio en un país extranjero, Polonia y más de 10 en otra ciudad. La experiencia no puede ser más positiva. Además, me ha llevado a hacerme cargo de un grupo social de más de 700 miembros y proponer actividades semanales, este proyecto cumplió recientemente tres años.
En el camino, he querido aumentar mis límites con experiencias como buceo, clases de batería, bailes de salón, nuevos idiomas, conocimientos técnicos e informáticos, nutricionales, administrativos.
Dicho así, parece algo muy sencillo, puede que lo sea, pero todos sabemos que la pereza, la vergüenza o el miedo a hacer el ridículo son enemigos que aparecen cuando menos te lo esperas. Mi máxima o mi lema sigue siendo aprender y aprender porque creo que la vida consiste en eso, tanto de manera experiencial como teórica, por cosas que nos cuentan y porque puede que ese conocimiento le sirva a personas que ya conocemos o que conoceremos más adelante.
Así que, realmente, valoro y estimo que ya hago todo lo posible por seguir siendo proactivo. Ya que, como dice Santiago Moll, yo hace tiempo que cambié el Si, pero… por un Si y
Aprender haciendo 